7 tipos de financiación para emprender en tu propio centro de belleza
Si tienes claro que quieres emprender para crear tu propio centro de belleza, estás en el lugar indicado. Como bien sabrás, emprender no es barato, por lo que siempre tendrás que buscar financiación para comenzar a funcionar. Para que te sea más fácil conseguir el dinero que necesitas, te vamos a mostrar diferentes tipos de financiación a través de los cuales podrás comenzar con tu nuevo negocio.
Préstamos tradicionales
También conocidos como préstamos bancarios o con otros nombres. Este tipo de financiación destaca porque hay que solicitar dinero al banco o a una entidad bancaria. Es la financiación tradicional y según está la situación económica no es fácil conseguir el dinero, debido a que el proyecto tendrá un gran examen para ver si es viable o no.
Dentro de este apartado también podemos incluir los préstamos para autónomos con ASNEF, los cuales se caracterizan por ofrecer financiación a las personas que están inscritas en ASNEF. En este caso los avales son fundamentales para poder disfrutar de la financiación que se necesita para poner en funcionamiento el proyecto.
Subvenciones públicas
Puedes ser otro método de financiación para tu negocio. Normalmente las subvenciones tienen el problema de que son bastante limitadas, lo cual hace que no sea fácil acceder a las mismas. Además, el dinero se tiene que usar solo para el proyecto.
A pesar de que la hemos incluido como medio de financiación, la verdad es que este sistema es más como un incentivo o apoyo económico que como una financiación propiamente dicha. A esto hay que añadir que acceder a estas subvenciones es lento, por lo que en ocasiones cuando llegan las ayudas puede ser demasiado tarde. Lo que sí hay que destacar son las líneas ICO, las cuales son más accesibles.
FFF
Es el tipo de financiación es el que se da a nivel familiar. Esto quiere decir que es el medio en el cual tenemos que solicitar financiación a nuestra familia, amigos o personas cercanas. En muchas ocasiones se les denomina como inversores cercanos al emprendedor. Eso sí, este tipo de financiación normalmente destaca por dejarse sin tipos de interés, lo que quiere decir que al emprendedor le suele ser más barato que pedir el dinero al banco. El problema de este sistema es que el dinero no entiende de familia, es decir, en caso de que no se pueda pagar, la amistad o la familia se puede romper. Esto hace que este tipo de financiación tenga sus pros y sus contras y en consecuencia haya que valorar ambas partes. A esto hay que añadir que esta financiación normalmente suele ser pequeña, lo que hace que en ocasiones no sea suficiente para hacer frente a los gastos iniciales del proyecto.
Business angels
Son los inversores privados que aportan capital porque están interesados en el negocio. Este tipo de inversor no nos deja el dinero para que se lo devolvamos en el futuro con intereses, sino que nos dejan el dinero a cambio de un porcentaje del negocio. El problema en ocasiones de este tipo de inversores es que en ocasiones pueden tener una presencia importante dentro del negocio, de aquí que pueden llegar a tomar el control. Siempre hay que tener en cuenta con el porcentaje que les entregamos del negocio para evitar perder el control y pasar casi a ser secundarios en nuestro propio negocio.
Esta opción de financiación puede ser interesante en determinados proyectos, sobre todo en las opciones de nicho. Hay que valorarlo, pero siempre hay que ver sus pros y contras para ver si es la mejor opción para el negocio.
Préstamo participativo
En este caso hablamos de un instrumento financiero a través del cual la entidad bancaria obtiene parte de los beneficios de la empresa a la cual ha financiado. A esto hay que añadir un cobro de interés fijo.
Si el negocio va bien, la entidad que ha financiado el proyecto ganará más, si no funciona bien, perderá la parte de los beneficios y solo recibirá el cobro fijo. Puede ser una buena opción si tu negocio tiene un riesgo elevado y no tienes claro que vaya a ir bien.
Capital de riesgo
Son las empresas que entran en el capital de las empresas no cotizadas. Son una gran fuente de financiación y se sitúa como la segunda opción por detrás de los bancos. Las firmas de capital riesgo están reguladas y destacan por ser inversores con mucho capital listo para meter en el negocio. Eso sí, este tipo de empresas de inversión son muy poco flexibles. Normalmente no se suele usar este medio en empresas de nueva creación, sino que suelen apostar por empresas que ya están en funcionamiento. Antes de invertir, la empresa investiga el potencia del crecimiento. Si no ven potencial, no suelen entrar en la financiación, ya que siempre buscan el beneficio a medio y largo plazo.
Crowdfunding
Es el medio de financiación que está creciendo mucho gracias a internet. Es el método a través del cual se busca financiación colectiva a las personas que puedan estar interesadas en el negocio. En este caso, la inversión se ve recompensada con algún beneficio para el inversor. Todo dependerá del proyecto. Se puede agradecer la financiación a través de entrega de material o servicios gratuitos, reconocimiento de inversor, aportación de parte de los beneficios iniciales… el problema de este sistema es que en ocasiones no se consigue el 100% del capital necesario para poder poner en práctica el proyecto.